El Objetivo 10 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: Reducción de las Desigualdades, coloca a la igualdad en el centro de las agendas de los países en el mundo. Esta mirada transversal que nos refiere a las brechas de desarrollo y desigualdades regionales, también se posa y coloca como centro del desarrollo a las personas, su dignidad y autonomía; las cuáles no pueden ser pensadas sino es con el enfoque de derechos humanos, en el cual se hermanan dos de ellos: el derecho a la igualdad y el derecho a la no discriminación. Este es el mayor desafío de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): conseguir un crecimiento orientado a lograr la igualdad en el acceso, ejercicio y goce de los derechos humanos sin discriminación, expresada en la vida práctica como igualdad de oportunidades y de resultados.
En el marco de los ODS, la agenda antidiscriminatoria en México es prioritaria y transversal, tomando en cuenta que en nuestro país existen desigualdades y discriminación por condición de género, de edad, de salud o discapacidad, por pertenencia étnico racial o situación migratoria, entre otras. Esto hace que en el ámbito gubernamental sea indispensable el debate, la formación y capacitación de las personas servidoras públicas, y el desarrollo de herramientas que favorezcan la inclusión y el desarrollo con igualdad y sin discriminación.